Davaldahl: ~ Sé el modelo de tu propia pasarela ~

Es obvia la importancia que tienen los maniquíes (humanos en pasarelas o personas de plástico en escaparates) para hacernos una idea de cómo nos sentimos con cierta ropa. El vestuario, los accesorios, el maquillaje, el peinado, una pose especial, el rostro, la expresión de nuestra cara y lo cuidados que tengamos el cuerpo, cabello y piel nos dan una idea muy clara (y bastante desacertada) de cómo es una persona. No nos damos cuenta, generalmente, de cuánto nos influye el lenguaje no verbal en lo atractivo que nos parece alguien gracias a eso. Vamos a ver algunas fotos de modelos para comprobarlo:

El aspecto influye mucho en cómo vemos a los demás, y el aspecto no es sólo la ropa que te pongas.

Diferentes mensajes con diferente vestuario

Supongamos ahora, que no todas las personas somos iguales, aunque podemos resultarle atractivos a bastante gente. Es una locura, pero es así. Todos somos distintos, y todos podemos gustar a alguien. De hecho, lo hacemos, ¿verdad? Todos tenemos amigos, familia que nos quiere, buenas relaciones con gente e incluso pareja. Qué diantres, a veces, seguro que hasta alguien se nos queda mirando por la calle. ¿Por qué se nos quedan mirando? A lo mejor es que ese día vamos deslumbrantes, o a lo mejor es que nos ven tan mala cara que se han preocupado. Quien sabe, hasta puede que nuestro aspecto les llame la atención porque han deducido alguno de nuestros gustos por él. Vamos a ver otros ejemplos:

La it girl Claire Courtin-Clarins: desprende glamour, seguridad, elegancia, poderío, alto nivel económico.

Un chico joven, físicamente fuerte, triste y sencillo. Para hacer negocios, preferiría a Claire.

Gente yendo a trabajar. Serios, formales, atareados, competitivos. Al de la izquierda le pueden gustar las comidas de empresa.

No sé si veis por dónde voy. Todos tenemos un atractivo, todos somos diferentes, únicos, todos tenemos algo que haga llamar la atención. A algunos les gustará más la seguridad de la it girl (y dirán que "está muy guapa" y que quiere "esa ropa" para mostrar "tanto poderío"), a otros les gustará el chico triste necesitado de cariño y al resto puede que le atraigan los empresarios de vida activa y retos diarios. Tal vez lo que gusta de tu aspecto a unos, a otros les causará repulsión. Llamadme loca. El mundo es así, si gustásemos a todos no tendríamos nadie a quien gustar, y no valoraríamos los puntos fuertes de nuestro aspecto. Tampoco tendríamos que compararnos con nadie y es posible que tomásemos las decisiones más inconscientemente porque sabríamos que a la gente no le importaría, les seguiríamos queriendo. Está claro que, aunque trabajemos por nosotros mismos, la opinión y el apoyo de los demás siempre va a estar ahí y van a influir en nosotros, y el aspecto es importante para llamar a que se acerquen quienes son más compatibles con nosotros y para que se alejen aquellos cuya filosofía de vida nos repele. Si pensamos en quién se acercaría y alejaría de las personas que hemos visto antes, serían tipos de personas muy distintos, verdad?

Conclusión: no hay un canon preestablecido de quién es más guapo, más atractivo, más interesante, más valioso o más simpático. No hay unos mejores que otros, solo diferentes, y no hay gente igual a otra gente. Y como toda ley lleva su trampa, aquí está la mía para esta afirmación: si todos somos diferentes y podemos gustarnos siendo diferentes, ¿por qué miramos los mismos maniquíes, que son iguales?

Diferentes personas, mismos modelos

Los maniquíes son expositores de personas. Pueden ser de plástico o de carne humana, pero eso es lo que son.

"¡Davinia, pero ¿qué mierda dices? Si sólo es ropa!".

Señor, o señora, lárguese de mi blog. Usted ya ha terminado conmigo.

No es sólo ropa. Cuando los vemos a ellos no vemos sólo ropa. Vemos personas completas, actitudes, y hasta estilos de vida. La ropa es la parte de maniquí que lleva etiquetas, pero lo que te están vendiendo es el conjunto completo. Algo que en el mundo de los negocios se llama "valor añadido". El valor añadido es eso que les hace "marcar la diferencia" respecto a sus competidores, eso que te ofrece la marca que te gusta y que no te ofrece nadie más. Muchos pueden tener diseños de ropa estupendos, pero cuando ves esos diseños no ves sólo ropa, ves algo más: ves esa seguridad, ves ese atractivo, ese estilo de vida, ese "soy mejor persona porque me cuido más y gusto más gracias a que llevo esto que me da un aspecto más atractivo". ESO es lo que estás comprando. ESO es lo que vende el maniquí. Y cada marca lo potencia hacia un tipo de personas diferentes. Lo que una marca te vende es tu imagen, no tu aspecto. ¿Lo entendemos? Espero que sí. La imagen es todo lo que vemos de la persona que lo lleva, lo que hemos definido en las fotos anteriores: la seguridad, la fortaleza, el estilo de vida, la persona que hay bajo esas prendas. El aspecto sólo es una descripción: "rubia, ojos marrones, piel morena, lencería blanca, 190 cm de altura".

¿Qué pasa con los maniquíes? ¿Por qué, volviendo a remitirme a las imágenes del principio del texto, nos causan sensaciones tan parecidas? ¿Por qué nos gustan a todos, aunque seamos diferentes y tengamos gustos diferentes? ¿Por qué los modelos triunfan entre públicos tan diferentes, si tanta gente se jacta de que no les gusta el aspecto que venden esos modelos? Porque esos modelos, mientras criticamos su ropa y su delgadez, están vendiendo que TODOS podamos ser como ellos, y mientras criticamos su ropa y su delgadez ignoramos lo que de verdad nos atrae y lo que hace que sigan triunfando: ellos tienen cosas que queremos tener, tienen seguridad, atractivo, aceptación social. Inconscientemente, buscamos parecernos a ellos. Es así, y es algo que no tiene discusión. Me pregunto yo, entonces, la utilidad de tener unos maniquíes tan parecidos para toda la población. He buscado "model" (modelo, en inglés) en Google Imágenes para ver qué aparecían. Os pongo los 10 primeros resultados.

Todas se parecen. Madre mía, y qué guapas son, eh? Uff, quién tuviera esos labios, y ese pelo al viento, esas pieles tan limpias, mirad qué ojos...

¿Y qué pasa con tus ojos, qué pasa con tu piel? ¿Cuál es el problema de tus labios? ¿Qué tiene de malo tu pelo?

Ahora vamos a ver unas modelos de los años 90. Realizamos la búsqueda poniendo "model 90s":

Uhh cómo cambia la cosa ahora, eh? Esperad, que vamos a hacerlo otra vez. "model 40s":

Vamos a ignorar a los famosetes cuarentones que se nos han colado por el algoritmo de Google. Mira tú, vaya cambiazo. Como se nota que todavía no enseñábamos tanto el pezón.

Los cánones de belleza cambian con el tiempo. En los 40 la mujer se veía como alguien elegante, que estaba empezando a renacer tras la en medio de la esclavitud tradicional de su casa. En los 90, la mujer era rebelde, por eso tenía el pelo alborotado y el maquillaje cargado. Quería llamar la atención, ser única, demostrar que estaba viva y tenía mucho que decir. En los 10, la mujer se muestra como sencilla y estática, inocente, de labios carnosos y pómulos definidos, con mirada angelical pero segura de sí misma. A ver, ¿en qué década habéis nacido? ¿Cuál os gusta más?

Perfecta o imperfecta según tu edad y país de origen

Ninguna de estas chicas es real. Las tres son photoshopeos de una chavala que mandó su foto photoshoperos de todo el mundo para que la adaptaran al ideal de belleza de cada país. La que más se parece a la original es la del centro, así que podríamos decir que es guapa para la gente de Colombia y fea para la de China.

La única razón por la que seguimos la moda es porque desde pequeños nos están enseñando que hay que seguirla. Crecemos viendo las chicas de nuestra generación como modelos a seguir, aprendiendo que ser como ellas está bien y que no serlo está mal. Es decir, que si somos como ellas, somos guapas y, si somos distintas, somos feas. De niños, los mayores nos dicen "qué guapo estás!" y vemos en las películas que los guapos son los protagonistas, los fuertes, los mejores. Así que todos queremos ser guapos.

Tenemos unos cánones de belleza basados en uno de los muchos tipos de cuerpo que hay, de los muchos tipos de ojos que hay, de los muchos tipos de pelo que hay. ¿Pero qué diantres nos pasa? ¿Queremos ser pálidas y medir 1,70 con los labios carnosos y los ojos de una niña? ¿Por qué? ¿Cómo querremos ser cuando lleguen los 20? ¿Y los 30? ¿Por qué ya no nos gusta cómo queríamos ser en los 90?

Os presento a dos de los modelos a seguir ahora mismo por jóvenes de todo el mundo: Taylor Swift y Miley Cyrus. Ambas pálidas, delgadas, con poco pecho, ojos claros, de mirada penetrante y labios seductores. ¿Por qué? Porque ese aspecto significa ser un tipo de mujer como el que representan ellas, un tipo de mujer que todas quieren ser: divertida, seductora, segura de sí misma, simpática, creativa, sensible y que rompe con los cánones (la moda del pecho plano está siendo una revolución para muchas).

No vale la pena dejarnos llevar por los maniquíes. Si somos diferentes, lo lógico es mostrar la belleza de maneras diferentes, y dejar que nos vean bellos aquellos que encajen con nuestra belleza. No sirve de nada querer ser otros, querer tener un cuerpo de preadolescente como muchas quieren ahora, cuando eres corpulenta y de caderas anchas. ¿Será posible, mujer?, pero ¿tú sabes lo que puedes hacer con ese cuerpo? A lo mejor tiene que ponerse de moda para que te lo plantees.

Mamá, quiero ser modelo (de las buenas, de las que ganan pasta)

Mamá, tengo los labios gordos y soy alta, así que muchas mujeres en todo el mundo querrán ser como yo si salgo en una pasarela. ¿Por qué mi vecina de 1,60 no puede? Hay muchas mujeres más parecidas a ella que a mí.

Si miramos los requisitos estándar de las agencias de modelos, podemos encontrar auténticas barbaridades. Os pongo como ejemplo Victoria's Secret: medir entre 1,70 y 1,85m (unas llorando porque son muy altas y otras buscando cm para convertirse en un angel de Victoria, sí), tener el pelo brillante, cuerpo de reloj de arena (a la mierda las manzanas, las peras y los rombos, esas no son lo bastante guapas para poder ser ángeles), tener entre 18 y 22 años (lo más jóvenes posibles para ahorrarse contratos nuevos. así que ahora que me estoy poniendo buenorra con 26 resulta que soy vieja)...
Espera, espera, que vamos a ver otras cosas: Kate Moss mide sólo 1,69m, se considera una excepción. En determinadas agencias te piden hasta tener los pómulos de cierta manera y un rasgo distintivo de tu rostro. ¿En serio? ¿Pero qué me estás contando? O sea, que los que somos normales no podemos ser modelo? ¿Y cómo representan esas maniquíes a las chicas que quieren parecerse a ellas? ¿Cómo representan al resto de mujeres del mundo? Exacto, no las representan.

Conclusión: sé el modelo de tu propia pasarela

Y por eso, amigos míos, hay tanta dependencia del aspecto hoy día. El uso desproporcionado de Photoshop, el llevar los rasgos más atractivos de una persona al extremo que estén fuera de la media ha colaborado a que este mundo esté tan podrido. Pero yo creo que la belleza es cosa de cada uno, y que tú también puedes ser bella/o con tu tripita, con tus orejas grandes y con tu pelo afro.
Me planteo mucho, desde hace tiempo, dar forma en la red a algo así. un proyecto o una plataforma para demostrar que la belleza no es cosa de filtros de Instagram y modelaje, sino de creérsela. De demostrar que sólo con una sonrisa y sintiéndote genial desprendes muchísimo más atractivo que la envidia y el sufrimiento que provoca ver un maniquí de carne y hueso que no puede superar un IMC de 18 si quiere llegar a fin de mes.
No sé vosotros qué pensáis, pero yo me esfuerzo todos los días por comer sano y hacer ejercicio, y aunque tengo mis cositas "imperfectas", veo mucho mejor explotarlas y recordar que soy única que querer parecerme a los que no las tienen y que se ven todos iguales, ¿no os parece?

Que paséis un día feliz ♥