~ Urgencias sanitarias: hoy no le atendemos, mañana sí (o no) ~

Derechos de imagen original: Tomás Fano - Flickr

Soy una firme defensora de lo público. Me gusta la idea de una sanidad pública, una educación pública y una banca pública. Tengo mi perfil de facebook abierto, porque es mi carta de presentación a posibles proyectos, y mis acciones son públicas. Pero hay días, como hoy, en que recuerdo por qué insisten las instituciones privadas. Y aunque defiendo lo público, la incompetencia que muestra a veces hace que quiera dejar de pagar mis impuestos y darle mi dinero a un señor que se lucre directamente con mi salud.

Resulta que yo sufro de tapones de cerumen semipermanentes. Eso significa que tengo que se me forman tapones de manera continuada. Al principio era cada 2 años, luego cada 1, ahora, casi cada 6 meses. Cada cierto tiempo tengo que ir a quitármelos. El problema de los tapones es que no te das cuenta de que están ahí hasta que tapan por completo el conducto auditivo. Tal vez notes algo de reducción de la audición pasado un tiempo, pero es tan gradual que no notas la diferencia respecto a cuando tenías el conducto auditivo limpio.

Es por eso que hoy, tras quedarme sorda de un lado, con los consecuentes síntomas físicos que  conlleva (mareo, desequilibrio, dolor de cabeza, molestia en el oído, pitidos constantes y sordera) y psicológicos (irritabilidad, falta de descanso al dormir por la noche, dificultad de concentración), he ido a urgencias a que me los sacaran. Como esto no es nuevo para mí, ya conozco el protocolo de hablandar la cera antes con góticas óticas y ya lo había hecho cuando he ido.

Y resumiendo, esto es lo que ha pasado:

La señorita que me ha atendido hoy ha decidido que por urgencias no se quitan tapones de cera, que tengo que pedir cita. Yo os digo que eso no es verdad, porque si tengo una urgencia y tengo el oído listo para que me lo saquen pues son dos buenas razones para que... urgencien, no? Pues no. Os cuento: esto depende del médico. Unas veces se puede, otras no. Depende de quién te toque y de las ganas que tenga de trabajar. Unos te lo sacan al momento, otros te dicen que es complicado y que vayas a un especialista, otros que eso no es cosa de ellos.
La señorita, además de decirme que me vaya al de cabecera, cuando le he dicho que vivo fuera me ha contestado que, si vivo fuera, que me pegue el viaje para volver con cita o que me los saquen en otra ciudad, pero que no me iba a hacer nada. Básicamente. También me ha dicho que eso "requiere una preparación" (la preparación son 5 minutos y no había NADIE además de mi padre, el guarda y yo en el centro de salud) y que tiene que hacerlo la enfermera (falso, porque a mí siempre me lo ha sacado un médico). Finalmente le he preguntado si no me iban a hacer nada y me ha dicho que no, que no se hacía en urgencias y que tenía que prepararme antes.

Por cierto, también me ha tirado el puro por meterme bastoncillos, porque parece que esta vez lo tengo superprofundo. Es gracioso porque yo no me meto bastoncillos, y porque hace años, cuando me los metía, no se me quedaba tan profundo como lo que llevo ahora. Será que lo produzco desde más adentro, digo yo, pero es más fácil pensar que si está profundo es culpa mía.

Me recuerda a una perra que tuve, que pasó lo mismo. La atropelló un coche y la veterinaria dijo que sólo necesitaba reposo, que estaba bien. Era más fácil mirar eso que hacerle un examen que, según ella, no necesitaba. A los dos días se murió por un derrame interno en la vagina, cosa que vio otra veterinaria en 5 minutos simplemente por dignarse a tocarla y mirarla con atención, sin necesidad de usar ningún aparato.

A pesar de las molestias, si todavía fuera estudiante a tiempo completo, me aguantaría a regañadientes. Al fin y al cabo, alguna vez he aprovechado mi sordera momentánea para concentrarme en estudiar. Pero resulta que ahora trabajo, que me comunico con mucha gente al cabo del día y que hago ejercicio, por lo que para mi vida diaria esto es un inconveniente importante.

Total, que han pasado de mí hasta el culo, que voy a seguir echándome las gotas que me estaba echando durante dos días a ver si se me abre (todo sea por no ver la cara a más incompetentes), y si me desespero mucho iré a urgencias de mi ciudad a hacer otra tirada a la lotería sanitaria, a ver si esta vez toca premio y aparece un doctor que me los quite.

Que paséis buena semana.